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Los rostros detrás de la Tricolor femenina

Una llamada telefónica bastó para que Diego Barreto se convirtiera en asistente técnico de Vanessa Aráuz en la selección femenina. Él se encontraba en su Loja natal, a cargo de un equipo de la localidad, pero ante el llamado de Aráuz, arregló todo para dejar ese empleo y sumarse al equipo Tricolor.

Ambos coincidieron como compañeros en el Instituto Tecnológico de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y sacaron al mismo tiempo el título de entrenadores profesionales. “Durante los 3 años de estudios pude darme cuenta de qué clase de profesional quería tener a mi lado. Con Diego (Barreto) compartimos muchos criterios y eso me convenció de su capacidad”, cuenta la entrenadora.

Desde mayo del año pasado, Barreto está junto a Aráuz y se convirtió en su mano derecha. “Sabemos la metodología que debe utilizarse y coincidimos en muchas cosas con Vanessa. También tenemos puntos de vista distintos en algunas ocasiones, pero con el diálogo llegamos a un acuerdo, siempre con respeto, por el bien siempre de la selección”, dice el asistente de la ‘Tri’ femenina.

El resto del cuerpo técnico se sumó de a poco, pues fueron designados por la FEF para acompañar a Aráuz en su tarea. Miguel Santillán, preparador de arqueros, y Eduardo Moscoso, preparador físico, son de ‘planta’, ya que forman parte del cuerpo técnico de la Sub-17 comandado por el entrenador guayaquileño Javier Rodríguez.

“Los conocía bien a los dos, pues son profesionales reconocidos en sus áreas. Miguel nos aporta mucho, porque como exjugador conoce bien lo que puede suceder en la cancha y además por sus conocimientos orienta de gran forma a nuestras 3 arqueras”, comentó.

Santillán fue arquero profesional hasta 2012, año en el que actuó en el Atlético San Pedro de segunda categoría en su natal provincia de Chimborazo. Antes pasó por Liga de Quito, Olmedo, Manta y Deportivo Saquisilí.

Mientras que Moscoso trabaja para la FEF desde 2007. En 2008 conoció a varias de las seleccionadas que el martes buscarán la clasificación al Mundial y que en ese entonces se preparaban para un Sudamericano. “Conocerlas hace algún tiempo facilitó mucho la convivencia y el trabajo con las chicas. Siempre tienen buena predisposición para realizar las cosas”, comentó Moscoso.

El profesional de la preparación física, también oriundo de Chimborazo, definió al cuerpo técnico como un grupo de amigos que trabaja con un mismo fin. “Somos muy unidos. La ‘profe’ nos da mucha apertura para dar nuestros criterios, a partir de nuestra especialidad. Se ha consolidado un grupo muy bueno y las chicas se dan cuenta de eso. Trabajamos con mucha responsabilidad, criterio y constante comunicación”, dijo el preparador físico.

Los fisioterapistas Hugo Terán y Javier García operan en todas las categorías de la selección, incluido el equipo principal. García se sumó después de la Copa América a la Tricolor para ayudar con sus tareas a Terán en los entrenamientos y en los partidos de la selección contra su par de Trinidad y Tobago.

Mientras que Hugo Macías es el miembro del cuerpo técnico que mayor tiempo lleva en la Selección. Con la FEF trabaja desde 1995, tanto en las categorías menores, como con el equipo estelar. Conoce lo que quiere cada futbolista en cuestión de indumentaria para las prácticas o para los partidos oficiales.

Detrás del grupo, como el rostro menos visible, está Antonio Pozo, titular de la Comisión de Selecciones Femeninas y quien actúa como presidente de la delegación en el repechaje al Mundial. Su rol es más administrativo, es decir se ocupa de la organización y planificación del equipo femenino. El cuerpo técnico de la Tricolor también persigue su primera Copa del Mundo e intenta disimular las ansias en la previa del partido, para no contagiar a las seleccionadas.

Fuente: Diario El Telégrafo.