Los Guerrero y sus lágrimas de felicidad
En 1981, el cuencano Enrique “Piti” Mora ganó las 1.000 millas lagarto, nombre con el cual era conocida la actual Vuelta al Ecuador, rally que 33 años después, Juan Guerrero, junto a su hermano Sebastián se hicieron un paseo y marcando un tiempo de cinco horas con 32 minutos levantaron el pasado sábado el anhelado trofeo de la carrera más importante y difícil del país.
Luego de la frustrada Vuelta en 2011, donde una falla mecánica privó al “Team AG” del campeonato, esta vez, después de tres años al mando de un Mitsubishi Evo Nueve, y con un objetivo claro, los cuencanos empezaron en Quito a mandar en la Vuelta, el primer día ganaron el súper prime de velocidad y decidieron partir en el cuarto lugar. Los tramos cronometrados y por etapas inició en el norte del país. En el primer prime de velocidad se bautizaron con un pinchazo en uno de los neumáticos, perdieron cerca de 40 segundos y al final del día se ubicaron en el quinto puesto de la clasificación general.
En el segundo día de competencias, el “Team AG” empezó a remontar y a marcar los mejores tiempos, al llegar a Ambato, culminó segundo a poco más de un minuto con relación al primero, pero, a partir del tercer día, al llegar al cantón Gualaceo, los Guerrero culminaron la tercera etapa primeros y desde ahí el equipo local empezó a dominar la prueba.
La cuarta etapa que recorría las vías de la Amazonía fueron cuidadosos y empezaron a manejar los tiempos. “No estuvo en nuestros planes ampliar la ventaja, porque no conocíamos las rutas, fue la primera vez que competimos ahí”, dijo Juan Guerrero.
Quinta etapa
Según Juan Guerrero, la última etapa fue la más dura, por la ansiedad de llegar a la meta, cuidando los tiempos y con el temor de que algo le pase al vehículo. “Los primeros tramos sí los conociámos y eso sirvió para ampliar el tiempo, pero al llegar al sector de la Chinchas, existió unos 40 kilómetros de descenso, ahí tuvimos un problema en la dirección hidráulica, por fortuna, al término del prime, los mecánicos estuvieron atentos para arreglar el daño”, narra el piloto, quien dijo que después de eso, surgió el temor y conjuntamente con su hermano decidieron no arriesgar y pilotear el auto con más cautela. “Todo sonido extraño nos preocupaba, la ansiedad por llegar a la meta fue cada vez mayor, al final se vio la meta y al cruzar la línea, las lágrimas de felicidad desbordaron por todos, mis padres, mi esposa, la familia y todo el personal fue un solo abrazo para festejar el logro”, comentó emocionado Juan Guerrero.
Una vez ganado la competencia, los Guerrero esperan la invitación de la Federación Ecuatoriana de Automovilismo y Kartismo, para asistir a la premiación oficial, pues el último sábado solo fue un acto simbólico. La Vuelta entregará tres vehículos, uno para el ganador absoluto de la Vuelta, Juan Guerrero; el segundo para Juan Carlos Paredes, el mejor en tracción a dos ruedas y un tercer auto que será sorteado entre los pilotos que llegaron a la meta. (MRO)
Cristian y Davis Urgilés, hermanos con sed de victoria
En la Vuelta al Ecuador 2014, de los 63 pilotos hubo cuatro representantes del Austro, Juan Guerrero y Juan Pablo Ochoa, de Cuenca, este último culminó segundo en su categoría T1, pero, también estuvieron los hermanos Cristian y Davis Urgilés, de Cañar, el mayor tiene 24 años y compitió en la categoría T3, con un Peugeot 206 y se proclamó campeón, mientras que su hermano de 17 años y que tuvo que hacer una hipoteca bancaria para poder obtener su licencia, fue el mejor de la categoría T2, con un Chevrolet Aveo.
Para Cristian, la competencia fue muy dura, sobre todo en la cuarta etapa cuando se le apagó el vehículo y junto a su copiloto José Luis Molina empujaron un poco más de tres kilómetros, perdieron muchos minutos y estuvo en peligro su participación y el primer lugar de su serie. Mientras que su hermano también tuvo inconvenientes pero logro restablecerse y avanzó firme y directo.
En la última etapa, en el sector las Chinchas, fue el “prime sernidor”, todos los pilotos tuvimos problemas, pero logramos salir. Al final, mi hermano llegó primero a la meta y junto a su familia me estuvieron esperando. “La alegría desbordó por todos y con llantos festejamos el triunfo que nos fue esquivo en el 2011”, acotó Cristian.
Fuente: Diario El Tiempo.