Ecuador está asentado sobre tres sistemas de fallas geológicas
El Ecuador está atravesado por una gran falla geológica, producto de la subducción de la placa de Nazca, en el océano, con la placa Sudamericana. Este proceso origina una falla geológica en el borde continental, de la que se derivan fracturas que causan movimientos sísmicos. La intensidad con la que la población siente el temblor y su grado de destrucción depende de la profundidad, según Alexandra Alvarado, sismóloga del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. Además de esta falla hay dos secundarias. La de Quito-Latacunga fue la causante del temblor del pasado 12 de agosto y sus más de 80 réplicas. Además, está la de región amazónica, llamada Subandina Oriental. Frente a esta situación hacen falta planes para enfrentar las posibles consecuencias de los movimientos sísmicos. En Cuenca, por ejemplo, desde hace más de dos años hay un plan de emergencia para estos casos, pero no todos sus habitantes están informados. Se definieron 18 zonas seguras en áreas urbanas y rurales (principalmente parques), donde la gente puede resguardarse. En el documento también constan las tareas para cada institución, recomendaciones básicas de protección. En el año lectivo pasado hubo varias campañas educativas dirigidas a los estudiantes sobre cómo actuar en estas emergencias. En Tungurahua y Chimborazo, los planes de contingencia se elaboraron a raíz del inicio del proceso explosivo del volcán Tungurahua, en 1999. Las vías de evacuación ante un movimiento telúrico son las mismas que se aplican para una erupción volcánica. En Ambato, la señalética de las rutas de salida y la ubicación de albergues en caso de peligro está ubicada en carreteras, parques, iglesias y calles principales. En otros casos como el de Manta y Esmeraldas no hay planes concretos. En la primera se concentra el mayor desarrollo inmobiliario de Manabí desde hace 15 años, pero ahora no hay un plan de evacuación frente a sismos de mediana o alta intensidad, según Eduardo Benavides, de la oficina de Gestión de Riesgo de la urbe. El 70% de las construcciones en Manta está sobre lomas de mediana y baja pendientes. Más de 50% no es sismorresistente, dijo el funcionario “por ello estamos elaborado un plan para frenar la construcción de viviendas en laderas” . En Esmeraldas no hay planes de prevención de sismos. El 65% de construcciones es informal y, al no existir un registro efectivo de estructuras, se implementa un programa de contingencia para el 2016. Tras un estudio microsísmico del 2002, elaborado por el Proyecto de Asistencia Técnica para la Remediación Ambiental se elaboró el Mapa de Riesgo, con énfasis en la estabilización de laderas en la ciudad. En este mapa se determinaron las zonas con umbrales de seguridad bajos (zonas de riesgo), como Simón Bolívar, Colectiva, Chone, etc. Además de los planes oficiales de prevención y de evacuación, se recomienda inspeccionar el estado de la estructura de una casa, tras un sismo. Juan Carlos Singaucho, del área de Evaluación de la Vulnerabilidad Sísmica del Geofísico, aconseja que si aparecen fisuras en columnas o losas se necesita que un ingeniero civil o un arquitecto haga una evaluación y plantee soluciones para evitar el colapso total de la vivienda. Las fisuras en las paredes son menos graves, pero deben tomarse en cuenta, para proteger a los habitantes.
Fuente: Diario El Comercio