¿Qué le espera al fútbol argentino tras la muerte de Grondona?
Sin Julio Grondona, el fútbol argentino quedó sumido en la más profunda incertidumbre. Murió el dueño de la pelota, un líder absoluto que se sentía por encima de todo control.
No dejó herederos Grondona, polémico dirigente que durante 35 años ganó batallas deportivas y políticas con un poder de negociación de tal magnitud que hasta para la FIFA resultó palabra santa.
Diez entrenadores de la selección nacional, nueve mundiales, 15 presidentes argentinos y tres papas vio pasar Grondona desde su cargo de presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). También fue vicepresidente de la FIFA durante 26 años.
Grondona, fallecido el miércoles a los 82 años, también vio desfilar a Diego Maradona y Lionel Messi; a una AFA adinerada y bajo sospecha de manejos turbios; clubes con sus arcas empobrecidas y una inusual violencia en las canchas que durante su gestión dejó unos 200 muertos.
Menos la muerte, Grondona sobrevivió a todo. Un dato lo marca: en los últimos años hubo más de 30 allanamientos por presunta administración fraudulenta y evasión impositiva y de todas salió indemne.
“En los 32 años que llevo en AFA tuve más denuncias que Al Capone y jamás tuve una sanción”, dijo Grondona en noviembre de 2011. “Como vice de la FIFA tengo más poder que cualquier político argentino”, destacó un año después.
Bajo el mando de “Don Julio”, como Grondona gustaba que lo llamasen, pasó de todo. Para bien o para mal, al fútbol argentino se la abren las puertas para un cambio.
Puertas afuera, los cambios comenzaron de inmediato aunque todavía no se noten: el fútbol argentino quedó huérfano de poder en la FIFA y debilitado en la Conmebol. Y eso es perder capacidad de negociación en los temas importantes.
Puertas adentro, en lo formal todo sigue igual. Pero desde ya se largó una carrera para la sucesión, en la cual sus aspirantes por ahora son algo así como buenos marcadores laterales mientras Grondona era un Messi.
El trono quedó en poder de Luis Segura, vicepresidente de la AFA y presidente de Argentinos Juniors. Aún no se resolvió si Segura culmina el mandato de Grondona que vencía el 15 de abril o si se llama a elecciones.
“Una transición con Julio hubiera sido mucho más fácil que la que viene”, consideró Segura, salpicado en el reciente Mundial de Brasil con la reventa de entradas que pertenecían a la AFA.
¿Qué podría pasar de ahora en más?
En principio, tanto Segura como otros potenciales sucesores podrían hacer “grondonismo” sin Grondona, ya que todos de alguna u otra manera se criaron en el fútbol bajo su ala. Grondona siempre ganó todas las elecciones y cuando una vez tuvo un opositor, éste solo sacó un voto, el propio.
Todos sus opositores terminaron aislados o solos.
Con un estilo vertical y autoritario, Grondona hacía y deshacía a su antojo: no sólo controlaba la economía, tal como lo hacía en FIFA, sino que estaba en todos los detalles por más mínimos que fuesen: desde el sorteo de árbitros hasta en la decisión final en las listas de jugadores que iba a un Mundial, tal como el propio Grondona admitió en este último caso.
Se retiró Maradona y apareció Messi. Y para suceder a Alejandro Sabella hay estrategas de sobra como Gerardo Martino, Diego Simeone y José Pekerman.
Se murió Grondona. Y “Don Julio” es irremplazable.
Fuente: Teleamazonas