Proyecto de movilidad divide criterios.
La segunda prueba de las ‘Supermanzanas’ se desarrollará este fin de semana y la medida tiene apoyo y críticas entre sectores comerciales. En esta ocasión el punto de partida es el Parque Calderón.
La segunda prueba del proyecto ‘Supermanzanas’ en nueve cuadras alrededor del Parque Calderón deja criterios divididos en dueños de varios comercios de la zona. Ciudadanos que van a pie hacia el Centro Histórico consideran que Cuenca debe tener un nuevo modelo de movilidad.
La ‘Supermanzana’ es la agrupación de varias manzanas y en Cuenca serán nueve donde el tráfico será limitado, con más espacio para peatones y ciclistas.
El proyecto busca reducir los índices de accidentabilidad, disminuir la contaminación, dar mayor seguridad al peatón, hacer que el comercio tenga mayor fluidez y que un mayor número de personas caminen por las calles céntricas.
Guilherme Chalhoub, director municipal de Gestión de Movilidad y Transporte, aseguró que durante el primer experimento desarrollado a fines de septiembre de 2019, por un día, lograron conocer las reacciones de los cuencanos frente a un tema que es tendencia en varios países europeos.
Durante este ejercicio las calles fueron aprovechadas por los transeúntes, peatones, ciclistas, así como por establecimientos comerciales y restaurantes que aprovecharon el espacio público para sacar sus mesas y ofrecer el servicio al aire libre.
En esta ocasión será por dos días teniendo como centro el Parque Calderón, en el perímetro comprendido entre las calles Gran Colombia, Presidente Borrero, Presidente Córdova y Padre Aguirre.
Reacciones
El funcionario explicó que los conductores contarán con siete parqueaderos habilitados dentro de la ‘supermanzana’, mientras que en las calles que quedan al borde el tránsito vehicular será normal.
Sin embargo para Ana Tosi, propietaria del parqueadero que se ubica en la calle Benigno Malo, el panorama no es alentador. Señala que al peatonizar esta calle por donde ingresa un alto número de vehículos al parqueadero para que sus ocupantes caminen hacia el Centro a hacer sus actividades, generará una baja en los comercios cercanos.
“Deben comprender que muchas personas se trasladan en sus vehículos hasta el Centro Histórico, porque muchos tienen familiares con discapacidad, personas de la tercera edad que no pueden al menos pensar en subirse a una bicicleta”, dijo en tono molesto.
Tosi sugiere que debe haber una mayor socialización de este proyecto. Agrega que aunque hubo una socialización previa, pocos estuvieron de acuerdo.
Para otros propietarios de negocios como restaurantes, cafés, heladerías, el experimento no afectaría en medida de cómo se desarrolle. “El cierre se hizo ya una vez en la administración de Fernando Cordero y no tuvimos problemas. Hubo afluencia de personas que llegaron a pie y eso nos favoreció”, relata Freddy Álvarez, propietario del Restaurante Raymipamba.
El único inconveniente y que se debe tomar más consideración, según Álvarez, es que en la anterior prueba el centro se convirtió en una “feria libre”, donde se vendían productos en la vía pública, “de pronto por ese lado nos sentiríamos perjudicados”.
Análisis
Xavier González, coordinador técnico de la Fundación El Barranco, explica que este segundo ejercicio de supermanzanas “permitirá medir una serie de parámetros como el número de personas que visitan la zona, el tráfico en los alrededores, índices de polución y ruido, e incluso se pedirá a los propietarios de comercios que realicen un comparativo en torno a sus actividades”, destaca.
Recalca que no se trata de peatonizar las calles sino de dar prioridad al peatón, sin eliminar a los demás agentes de la movilidad, como los ciclistas.
FUENTE: EL TIEMPO
R.A