Control sanitario llega a los bares de las escuelas.
Productos con semáforo en rojo por su alto contenido de azúcar, sal o grasa, así como alimentos preparados que pueden ser perjudiciales para la salud de los estudiantes por su alto contenido de grasas saturadas, fueron detectados en los operativos de control efectuados por la Agencia de Regulación y Control Sanitario, ARCSA, en Azuay y Cañar.
La directora de la agencia en la zona 6, Diana Rodríguez, explicó que a pesar de los hallazgos, en general existe “un buen cumplimiento” de la normativa sanitaria en los bares escolares, y se han emitido recomendaciones que son acatadas por los administradores de los locales.
A nivel del Austro, existen 294 bares escolares a los que se les hace un seguimiento permanente, comenta Rodríguez. En dicho trabajo participan también el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud, que según la funcionaria “son los ojos” de la vigilancia de la salud de los estudiantes.
Los padres de familia, además, integran comités que son los encargados de denunciar cualquier tipo de irregularidad que se pueda dar en los bares. Para esto cuentan con la aplicación de celular ARCSA Móvil, que permite hacer reclamos de forma anónima.
Otra entidad que vigila la venta de alimentos a los estudiantes es la Guardia Ciudadana, que impide las ventas ambulantes de alimentos nocivos en las afueras de los planteles.
Las sanciones para los propietarios de los bares que incumplan la normativa sanitaria van desde multas económicas hasta la suspensión de los contratos de operación, sostiene Rodríguez.
Salud
De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, 30 por ciento de los niños en el país sufren de algún grado de obesidad, debido a la alimentación que reciben.
La pediatra Gabriela Pérez indica que la ingesta, por ejemplo, de papas que son freídas en aceite reutilizado, el alto consumo de azúcares o de gaseosas afectan el metabolismo de los niños y adolescentes, y pueden desencadenar problemas de obesidad, diabetes infantil, malnutrición o afectar su desarrollo.
Según Pérez, si bien es importante el control que el ARCSA efectúa en los planteles educativos, una buena nutrición se aprende desde la casa, por lo que es tarea de los padres de familia preocuparse por la salud de sus hijos.
La especialista explica que restringir por completo “las golosinas de los niños” no es lo indicado. “Los niños necesitan calorías para su actividad diaria y la grasa, por ejemplo, es una buena fuente”, explica, pero acota que la dieta debe ser balanceada y combinada con ejercicio o actividades físicas diarias.
FUENTE: EL TIEMPO.