Estrés laboral será calificado como una enfermedad.
En 2022, la Organización Mundial de la Salud, OMS, incluirá al ‘burnout’ o ‘síndrome del trabajador quemado’ en la Clasificación Internacional de Patologías. En Cuenca existen empresas que evitan y disminuyen este trastorno con actividades de relajación denominadas ‘pausas activas’.
El ‘burnout’ o ‘síndrome del trabajador quemado’ es un término novedoso en la sociedad. Sin embargo, cuando se habla de la expresión estrés laboral, los trabajadores se identifican. En Cuenca existen organizaciones que ofrecen permanentemente a sus colaboradores ‘pausas activas’ o ejercicios de relajación para combatirlo.
Efectos
Pero el ‘burnout’ no solo afecta en el ámbito cognitivo e intelectual de las personas, sino además en su cuerpo y organismo. Esta es la razón por la que en 2022 será incluido dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades, según la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Silvia Calderón, psicóloga laboral y organizacional del hospital José Carrasco Arteaga, HJCA del IESS, explica que el ‘burnout’ es un tipo de estrés crónico que afecta a los trabajadores, sobre todo a quienes están en áreas de atención al público.
Este trastorno, indica, reduce las actividades y los resultados óptimos, pues por lo general, se presenta cuando el trabajador no cuenta con los recursos o conocimientos para alcanzar sus objetivos “o en su defecto, está expuesto a un ambiente laboral en el que sufre de acoso o está rodeado de compañeros que llevan sus problemas personales al trabajo. Se genera además cuando cumple con sus obligaciones solo por dinero”.
Las situaciones anteriores tienen consecuencias graduales que comienzan con el aislamiento voluntario de la persona y un desgaste físico y emocional que reduce su capacidad creativa, su concentración, entre otras.
Luego, “el cuerpo se pronuncia a través de colitis, gastritis, dolores musculares, cefaleas e incluso alteraciones cardiacas”, asegura Calderón.
Pausas activas
Organizaciones como el HJCA han desarrollado programas denominados ‘pausas activas’, con el fin de controlar o evitar el ‘burnout’ en sus trabajadores del área administrativa. Un proyecto piloto que se retomará este año, según Angélica Terreros, jefa de la Unidad de Salud del personal de la institución.
Tres veces por semana, cuenta, el personal realiza por cinco u ocho minutos ejercicios de relajación fuera de su espacio laboral.
Pero no todas las unidades de talento humano le apuestan a este tipo de pausas activas.
La red nacional CEDIA, una organización de investigación que ofrece soluciones académicas a las instituciones educativas, ha desarrollado un programa en el que el objetivo principal es motivar y comprometer a sus trabajadores.
Las pausas activas crean un ambientede iniciativa y creatividad
Un clima laboral en el que los colaboradores se comprometan con su trabajo es al que le apunta la red nacional de investigación CEDIA. Juan Pablo Carvallo, director ejecutivo de la organización, indica que las pausas activas consisten en que el personal se aleje de su espacio de trabajo para reunirse en salas de interacción con sus compañeros: “esto ha fomentado la iniciativa y la creatividad al apartarlos por un momento de sus escritorios y computadoras. Además, todas las ideas de nuestros colaboradores son siempre bienvenidas porque confiamos en ellos”. En la Red funciona también, un club de senderismo en el que, cada cierto tiempo los empleados van de paseo con la posibilidad de incluir a sus familias.
Alejandra Barros, la jefa de talento humano de CEDIA comenta que sus compañeros reciben un correo motivacional con algunas recomendaciones de ejercicios físicos y relajación personal. “Esto les recuerda que son atendidos en su espacio laboral y los motiva”, dice la funcionaria.
FUENTE: EL TIEMPO