Nicolás Leoz, expresidente de la Conmebol, falleció a los 90 años
Nicolás Leoz, el paraguayo que durante 27 años fue la máxima autoridad del fútbol sudamericano hasta que renunció tras reconocer que había recibido un pago de una empresa de mercadeo al servicio de la FIFA, ha fallecido, confirmaron su abogado y la propia Conmebol. Tenía 90 años.
Ricardo Preda, abogado de Leoz, dijo a The Associated Press que su cliente “se encontraba desde hace muchos meses ingresado en el hospital Migone, de Asunción, de su propiedad”.
“Los médicos me informaron que tuvo un paro cardiaco porque sufría de varias patologías debido a su edad avanzada. A comienzos de este año sufrió una caída y se recuperaba de una fractura de huesos”, agregó Preda.
Poco después, mediante su cuenta oficial de Twitter, la CONMEBOL, Confederación Sudamericana de Fútbol, confirmó también el deceso, sin dar mayores detalles
La trayectoria de Leoz como dirigente acabó manchada por un vasto escándalo de corrupción — el denominado FifaGate — que se destapó en 2015, dos años después de dimitir a la presidencia de la CONMEBOL. Varias autoridades y empresarios del mundo del fútbol cayeron en desgracia, incluidos muchos que fueron condenados a prisión, a raíz de las denuncias.
Convaleciente en los últimos años, Leoz mantenía una batalla legal en un juzgado de Asunción por un proceso de extradición a Estados Unidos, donde fue acusado de haber recibido sobornos millonarios de empresas comercializadoras de derechos de transmisión televisiva de diferentes torneos sudamericanos como la Copa América y la Copa Libertadores.
Nacido el 10 de septiembre de 1928 en el pueblo de Pirizal, del árido territorio del Chaco Boreal, Leoz era un abogado de profesión, También fue un próspero empresario que dirigió compañías de bienes raíces, transporte público, un hospital privado, un laboratorio de productos farmacéuticos, entre otros negocios.
Asumió la presidencia de la CONMEBOL en mayo de 1986 y permaneció en el cargo durante seis períodos consecutivos hasta que renunció en abril de 2013, luego de que el Comité de Ética de FIFA le reprochó haber recibido 130.000 dólares de la empresa ISL, exsocia de mercadeo de la FIFA en 1998.
Entrevistado por The Associated Press, Leoz calificó el pago como un “donativo” y dijo que lo usó, “más unos 800.000 dólares que mi familia me dio”, en la construcción de cuatro escuelas para indígenas.
En medio del escándalo, Leoz también renunció al Comité Ejecutivo de la FIFA al esgrimir motivos de salud. La FIFA le dio una reprimenda a Leoz, pero nunca le sancionó.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos imputó a más de 40 dirigentes y empresarios de mercadeo por cargos de sobornos, asociación ilícita para delinquir y lavado de dinero.
Las autoridades judiciales de Estados Unidos solicitaron a la justicia paraguaya la detención de Leoz con fines de extradición. Tras ser apresado en junio de 2015, Leoz fue beneficiado con la prisión domiciliaria. La ley establece que los mayores de 70 años no deben ser recluidos en una penitenciaría pública.
Antes de tener en sus manos el mando de la CONMEBOL, Leoz fue presidente del club Libertad y de la Asociación Paraguaya de Fútbol en la década de 1970, tiempo en el que, además, fue vicepresidente de la entidad sudamericana, con el peruano Teófilo Salinas como titular.
Leoz, de 1,90 metros de estatura, se desempeñó en sus años juveniles como periodista deportivo radial.
Era un individuo que hablaba poco y daba escuetos discursos. Rara vez aceptaba entrevistas.
Buscando un blindaje a los manejos financieros de la CONMEBOL, en 1997 había conseguido que el Congreso paraguayo beneficiara al edificio sede del organismo, construido en la periferia oriental de Asunción, con la ley de inmunidad diplomática, argumentando que era un organismo internacional necesitado de protección.
Durante el gobierno del presidente Horacio Cartes (2013-2018), la inmunidad para la CONMEBOL fue anulada.
Desde su vivienda particular en el elegante barrio Villa Morra, de Asunción, litigó junto con sus abogados para evitar su traslado a Estados Unidos. Argumentó que en el sistema jurídico paraguayo no existía un procedimiento propio para discutir las solicitudes de extradición y que en Paraguay recibir coimas o sobornos en el sector privado no es delito; aunque sí en la función pública.
Le sobreviven sus hijas Nora y Celeste, del primer matrimonio; y su segunda esposa María Clemencia Pérez, de nacionalidad colombiana y con quien tuvo dos hijos: Josué Nicolás y Mateo Nicolás. (D).
Fuente: El Universo.