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Donald Trump sí quiere migrantes en Estados Unidos, pero ‘que sean blancos y adinerados’.

El gobierno del presidente Donald Trump está en vías de cambiarle el rostro a la inmigración mediante mecanismos que hagan a Estados Unidos “más blanco y adinerado”.

La intención supone un cambio drástico a la doctrina estadounidense que da la bienvenida a “vuestros seres pobres y cansados, a esas masas ansiosas de ser libres”, inscrita en la Estatua de la Libertad, para que ahora sea “dadme a tus cansados y tus pobres que puedan sostenerse sobre sus propios pies y no se conviertan en una carga pública”.

El funcionario responsable de esta modificación, Ken Cuccinelli, director interino del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), afirmó el miércoles que sus palabras fueron intencionales, incluido su concepto adicional de que el poema fue escrito para europeos. Aseguró en un comunicado que su agencia “tiene el encargo de hacer cumplir la ley, no un poema”.

Se trata de otro paso desafiante en la gran marcha del presidente Donald Trump para modificar el pensamiento estadounidense respecto de los inmigrantes, una estrategia con la que espera granjearse a suficientes electores para conseguir un segundo periodo en el puesto. El mandatario ha incrementado la certidumbre de que la campaña política de 2020 estará profundamente arraigada en una batalla cultural por la identidad nacional.

Sin embargo, Trump enfrenta el peligro inherente de que su línea radical les dé más energía a los demócratas, le genere distanciamiento de las mujeres de los suburbios y propicie un incremento en el número de latinos empadronados. Los demócratas informaron de inmediato que el eje de las normativas anunciadas el lunes por el gobierno -impedir el otorgamiento de tarjetas de residencia a muchos inmigrantes legales que reciben prestaciones públicas- se basa en la animadversión racial

El presidente y sus colaboradores “han manchado aún más la tradición de este país como un faro de esperanza para los inmigrantes”, dijo el presidente de la Federación Hispana, José Calderón. “Qué vergüenza”.

Dependiendo de cómo se apliquen las nuevas normativas sobre ser una “carga pública”, los expertos dicen que los cambios con los que se pretende pronosticar la posibilidad de que los solicitantes recurran a prestaciones públicas podrían alterar drásticamente la composición de los grupos de inmigrantes con derecho a tarjetas de residencia o a la residencia permanente en Estados Unidos porque tomarán en cuenta sus ingresos, edad e historial de empleo.

De acuerdo con un estudio del Instituto de Políticas de Migración, un organismo apartidista, las normativas probablemente reducirían la inmigración procedente de México y América Central, al tiempo que aumentarían la de otras regiones, en especial de Europa. El criterio del ingreso económico, en particular, podría reducir el número de solicitantes mexicanos, centroamericanos, caribeños, africanos y asiáticos. Los solicitantes canadienses y austriacos podrían salir beneficiados, al igual que los de países donde no predomina la raza blanca como la India y Japón.

El estudio también halló que las nuevas reglas habrían puesto a los residentes legales permanentes más recientes en riesgo de que se les retire la residencia, ya que en los últimos cinco años el 69% de los recipientes de tarjetas de residencia tuvieron al menos uno de los “factores negativos” identificados por el gobierno. Las reglas posiblemente dificultarán más que padres de ciudadanos estadounidenses se reúnan con sus hijos en el país porque lo más probable es que sean adultos mayores, sin trabajo y con problemas de salud.

“Estados Unidos siempre ha sido un camino hacia el éxito para millones de personas y ahora Estados Unidos quiere hacer que ese camino sea sólo para quienes ya triunfaron”, dijo Aaron Reichlin-Melnick, analista de política en el American Immigration Council, un organismo activista.

 

FUENTE: EL UNIVERSO

R.A