Páramos del Cajas pierden capacidad de retener el agua.
Los investigadores del Departamento de Recursos Hídricos de la Universidad de Cuenca realizaron un estudio que determina que, las emisiones de CO2 limitan el poder de almacenamiento del líquido en los suelos, lo que a futuro podría provocar daños irreversibles para el hombre y la naturaleza.
Un estudio realizado por un grupo de investigadores del Departamento de Recursos Hídricos de la Universidad de Cuenca determina que la emisión de dióxido de carbono, CO2, en la Biósfera Macizo del Cajas, el Parque Nacional y sus alrededores ha provocado la pérdida de la capacidad de retención del agua en los páramos de esta zona.
Esto podría provocar a futuro daños irreversibles según Galo Carrillo, químico ambiental y uno de los coordinadores de la investigación junto al hidrólogo Rolando Célleri.
Carrillo explica que arrancaron con el estudio a finales de 2008 pero que desde el 2016 funciona la torre denominada ‘Eddy Covariance’ a 30 kilómetros de Cuenca, en el Observatorio Ecohidrológico de Zhurucay.
Esta torre es la más alta de Sudamérica con 3.700 metros a nivel del mar y monitorea el intercambio de CO2, vapor de agua, y energía en la atmósfera lo que permite estudiar el funcionamiento del ecosistema y analizar los efectos del cambio climático.
Pérdida
La pérdida representa 100 gramos de carbono por metro cuadrado de superficie al año, lo cual para los expertos todavía es “baja”. Pero Rolando Célleri, director del Departamento de Recursos Hídricos de la institución académica, asegura que “esto se convierte en un círculo vicioso que si no se controla, acentuará el problema”.
La degradación es cada vez más intensa, dice. Con la disminución de la capacidad de retención del agua, parte de la vegetación ha muerto y se visibilizan espacios o huecos en el pajonal: “Hay incluso desertificación en una zona de los páramos y esto ya no se puede revertir”.
El paisaje de páramo ecuatoriano está dominado por un 80 por ciento de pajonales. La vegetación restante, en cambio, actúa como fijadores de CO2. Por su escasa cobertura, su contribución a la fijación de carbono de todo el ecosistema podría ser limitada, según los expertos que continúan con la investigación.
Población
Pero no solo el cambio climático o la mano del hombre a través de la actividad ganadera, el pastoreo, las actividades deportivas o el turismo intensivo han ocasionado este problema ambiental, sino también la cantidad de habitantes de la ciudad y la región.
Solución
Los académicos le apuntan a la expansión de áreas protegidas andinas, con el apoyo del Gobierno, “tomando en cuenta de que en los valles de la Biósfera Macizo del Cajas se genera hasta un 40 por ciento de la energía eléctrica del país, y es suministro del líquido vital para más de 700.000 habitantes”. (I)
DATOS
-Páramos. El paisaje de páramo ecuatoriano está dominado por un 80 por ciento de pajonales. La vegetación restante fija el CO2.
-Monitoreo. La torre ‘Eddy Covariance’ monitorea el intercambio de dióxido de carbono, vapor de agua
y energía en la atmósfera.
-Carbono. El carbono orgánico en el suelo de páramo representa más de 90 kilogramos por metro cuadrado, según el estudio de la universidad.
La academia determinará la cantidad de metales en el agua del Cajas
Además del monitoreo permanente sobre los efectos del cambio climático que realizan los investigadores de la Universidad de Cuenca, conjuntamente con la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, ETAPA; existe una investigación en curso que pretende determinar la cantidad de metales en el agua de la Biósfera Macizo del Cajas, el Parque Nacional y sus alrededores.
Este estudio lo lleva adelante el investigador y ecohidrólogo Patricio Crespo, director del centro de hidrología y clima del Departamento de Recursos Hídricos, quien asegura que “la química del agua en los páramos no es tan estable como la gente piensa”.
Con esto se refiere a la naturaleza volcánica que tienen los suelos de la zona y la cantidad de metales y elementos químicos que aquí se concentran. Lo que al investigador le preocupa, es que no existe un estudio que refleje la caracterización del agua de este lugar, “pues únicamente se ha trabajado sobre su calidad sanitaria y otro tipo de contaminantes”.
Crespo propone la indagación sobre la cantidad de medicamentos existentes en el agua, producto de la ingesta de antibióticos de las personas y el ganado. “Es un problema enorme que todavía no ha sido determinado en su totalidad”, afirma el experto.
Actualmente la Universidad de Cuenca trabaja en la posibilidad de traer a Cuenca el proyecto de origen europeo ‘Inoqua’, que propone pasar del agua residual al agua reutilizable. (I)
LA CIFRA
40
por ciento de la energía eléctrica del país se genera en los valles del Cajas.
FUENTE: EL TIEMPO CUENCA
R.A