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Qué le pasa a tu cuerpo cuando subes el Everest

“Los seres humanos no están hechos para funcionar a la altitud de vuelo de un avión Boeing 747”, dice la narració del trailer de la película Everest. “Nuestros cuerpos literalmente se están muriendo (a esa altura)”.

La voz es del personaje Rob Hall, interpretado por el actor Jason Clarke, mientras se prepara para dirigir una expedición hasta el pico más alto del mundo. La película, también protagonizada por Jake Gyllenhaal y Josh Brolin, se basa en la escalada de 1996, cuando ocho personas murieron durante una tormenta de nieve. Este viaje en particular es bien conocido: los detalles horripilantes quedaron registrados en el exitoso libro de Jon Krakauer, “Into Thin Air”.

¿Pero acaso es verdad esa advertencia de Hollywood sobre que los cuerpos se están “muriendo literalmente” en el Everest? Los que han estado allí dicen que sí.

Con su pico a 8.848 metros, la montaña presenta un intenso desafío de temperaturas heladas y de una altura donde el oxígeno es limitado. No es un lugar hospitalario para cualquier ser vivo, y el cuerpo de las personas empieza a apagarse. En 2016, cuatro personas han muerto en el Everest en el lapso de cuatro días, incluyendo un sherpa, mientras que otros dos han desaparecido.

“Everest es una montaña de extremos”, dijo Jon Kedrowski, geógrafo y escalador. “En altura, el cuerpo se deteriora en un cierto nivel”.

Kedrowski alcanzó la cumbre del Everest en 2012, otro año brutal en la montaña, cuando el hacinamiento se combinó con un patrón climático peligroso para varar a escaladores en la “zona de la muerte” por debajo de la cumbre. Diez personas murieron.