Finalmente bajó el tono y afirmó que nunca diría que alguien es demasiado viejo para ser presidente.

El ex vicepresidente demócrata Joe Biden anunció este jueves su candidatura para la Casa Blanca, presentándose como defensor de los valores fundamentales de los Estados Unidos frente a Donald Trump, acusado de alterar el “carácter” del país. “Los valores fundamentales de este país (…) nuestra posición en el mundo (…) todo lo que ha hecho a los Estados Unidos, está en juego. Por eso hoy estoy anunciando mi candidatura para presidente de Estados Unidos”, escribió Biden en Twitter.

“Si damos ocho años a Donald Trump en la Casa Blanca, alterará, fundamentalmente y para siempre, el carácter de este país”, advirtió en un video en línea el que fue por décadas senador y vicepresidente por ocho años en la Casa Blanca de Barack Obama.

El mandatario no tardó en responder: insultó a Biden en Twitter, su medio favorito, cuestionando la capacidad mental de su rival. “Bienvenido a la carrera Joe el Durmiente. Solo espero que tengas la inteligencia, que siempre ha estado en duda, para librar una exitosa campaña de primarias”, escribió.

La candidatura de Biden acaba con meses de expectativas y lo integra a una abultada lista de 20 aspirantes del Partido Demócrata: un número récord para un grupo que presenta, además, una diversidad sin precedentes.

Gracias, en particular, a su alta notoriedad y su imagen de líder unificador y moderado, el veterano político demócrata de 76 años domina desde hace meses las encuestas de este principio de campaña para obtener la nominación demócrata.

Tras dos intentos infructuosos en 1988 y 2008, y tras abstenerse de competir en las presidenciales de 2016, muy afectado por la muerte de uno de sus hijos, Joe Biden dejó crecer el suspense durante meses. En ese tiempo su ventaja en la carrera se fue reduciendo, ante un panorama en el que se destacan nuevos rostros de la política -muchos de ellos muy jóvenes-, como el candidato moderado Pete Buttigieg, alcalde de Indiana, de 37 años.

Las últimas semanas de espera también se vieron empañadas por el testimonio de varias mujeres que acusaron a Biden de gestos inapropiados en actos públicos, por su efusivo comportamiento: un beso en la cabeza, las manos en los hombros…

Prometió, ante la controversia, “estar más atento” a las nuevas normas sociales que emergen tras el terremoto que marcó el movimiento contra el acoso #MeToo, pero no se disculpó.

Según la encuesta RealClearPolitics, Biden se sitúa como el favorito para hacerse con la nominación de su partido con un 29,3%, seguido por Bernie Sanders, el senador que fue precandidato presidencial en 2016, que cuenta con 23% de apoyo.

Obama ha evitado por el momento brindarle su apoyo directo a Biden, aunque declaró a través de su portavoz que el hecho de haberlo escogido como compañero de fórmula en 2008 había sido “una de sus mejores decisiones”.

En su carrera política, Biden ha subrayado sus orígenes modestos en la Pensilvania obrera, estado que visitará para un primer mitin electoral el lunes. Su popularidad intacta entre la clase trabajadora, pese a su larga trayectoria de casi medio siglo en la política, podría ser una ventaja vital en los antiguos reductos industriales que favorecieron a Donald Trump en 2016.

También es muy popular entre la base demócrata, especialmente entre los electores de mayor edad, los más moderados, así como los negros, cuya movilización podría ser clave en las urnas.

Su candidatura no suscita, sin embargo, el mismo entusiasmo entre los miembros de la organización Justice Democrats, que forma parte del ala más izquierdista del partido. “La vieja guardia del partido demócrata no logró detener a Trump, no se puede contar con ella para liderar la lucha” contra el republicano, reaccionó el grupo.