En el Día del Libro, autores ecuatorianos defienden publicación de libros en braille.
“El romanticismo de lectura entre el ser humano y el braille no se puede reemplazar”, indica Emilio Sánchez, gestor y director de la Sala Braille y Sonora de la Biblioteca Municipal de Guayaquil. Un espacio en la ciudad que cuenta aproximadamente con sesenta libros en este formato.
Sánchez es un profesor no vidente con una misión especial, incentivar a la lectura, no de la manera tradicional sino mediante el sistema braille. A pesar que los libros de literatura son los menos adaptados a esta técnica, él busca la forma de ponerlos al alcance de sus estudiantes.Cuenta que una de las obras más solicitadas por ellos es Don Goyo de Demetrio Aguilera, una novela que la escaneó para pasarla a la computadora donde un programa informático lo leía en voz alta, similar a un audio libro.
Él explica que los libros brailles son más costosos, algo que tiene que ver mucho con su fabricación, pues sus hojas deben ser superior a 120 gramos, en los textos tradicionales son de 75 gramos. Para explicarlo, toma el primer libro que tiene a la mano y con la yema de sus dedos lee, se trata de uno de los libros de la biblia, Isaías. Su adaptación a la técnica braille necesitó de dos tomos, solo el primer volumen tiene 65 páginas (En la Biblia Latinoamericana son cerca de 56 páginas el libro completo).
También conocido como cecografía, el sistema de lectura y escritura braille está basado en la combinación de seis puntos en relieve, distribuidos en dos columnas verticales y paralelas de tres puntos cada una. A partir de estas seis posiciones se pueden realizar 64 combinaciones diferentes del alfabeto que incluye los signos de puntuación, números, símbolos matemáticos y más. Una técnica ideada por Louis Braille en el siglo XIX.
Según cifras del 02 de marzo mostradas en el sitio oficial del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (CONADIS) en Ecuador se registra 27,584 personas con un grado de discapacidad visual mayor al 85%.
Acceder a un libro de literatura en este formato es una de las misiones más complicadas, al menos en Ecuador lo es. El único lugar que se dedica a elaborar e imprimir textos bajo este sistema, es la Imprenta Braille de la Federación Nacional de Ciegos del Ecuador, ubicada en la ciudad de Riobamba.
R.A