El deslave de La Josefina, una de las peores tragedias que ha vivido el país
Las imágenes de aquellos días aún permanecen en quienes vivieron la tragedia; el proceso de estabilización continúa.
Hoy se cumplen 25 años del inicio de una de las las peores tragedias vividas en el país, el deslave de La Josefina, cuyo origen fue el deslizamiento de miles de toneladas de material pétreo del cerro Tamuga, que taponó el cause de los ríos Cuenca y Jadán, junto donde concluyen los dos y forman el río Paute, produciendo un embalse que represó unos 283 millones de metros cúbicos de agua, hecho ocurrido cerca de las 21:00 del 29 de marzo de 1993.
Las secuelas persisten en las zonas del desastre pero también en la mente de quienes vivieron este trágico episodio.
Pasé por la Josefina a las seis de la tarde y ya hubo material caído que casi impedía cruzar; a eso de las nueve de la noche hubo un apagón, no sabíamos qué pasó, pero a las doce de la noche me llamaron los Bomberos de Cuenca a decirme que se había caído el cerro Tamuga y se había taponado el río; salimos con altoparlante a pedir a la gente que vivía en las orillas del río, que salga a las partes altas de los cerros porque el agua estaba represándose en La Josefina, ya que verificamos que el río Paute estaba seco, relató César Aray, quien fue en ese entonces alcalde de Paute.
Dice que desapareció mucha gente de Paute, que se supone fueron atrapados por el deslizamiento, agrega que recibió a unas 10 familias que pedían ayuda para buscar a sus seres queridos, pero afirma, “el caserío quedó íntegramente sepultado y deben haber muerto unas 300 o 400 personas”.
A las 06:00 del día siguiente vimos, era una cosa impresionante, se habían formado dos lagos y temíamos que de un momento a otro eso se destape y nos mate a todos, pudimos ver que al pie del derrumbe, en el río Paute ya seco, habían muchos cadáveres, vinieron las ambulancias de Paute y los llevaron, probablemente eran trabajadores de las minas o pobladores, agregó.
Francisco Córdova, catedrático de la Universidad de Cuenca, entonces camarógrafo de Telecuenca, recuerda que La Josefina fue una tragedia de enorme magnitud, dice que en la mañana del 30 de marzo, encontró en la margen derecha del río Cuenca, a José Pedro Tigre cargado un cilindro de gas y un televisor, junto a su familia, en busca de refugio donde sus parientes.
Militares, bomberos e integrantes de los organismos de socorro intervenían ayudando a evacuar a la gente. Hubo gran movimiento en El Descanso, La Victoria y otras comunidades, sacaron enseres e incluso puertas, ventanas y todo lo que podían. Recuerda también que hubo una casa patrimonial de la empresa eléctrica que se destruyó.
Fueron 33 días de zozobra, se procuraba evitar el desfogue masivo. Incluso el oficial Juan Méndez, quien estuvo al frente de las operaciones militares, manifiesta que cuando se construyó un canal y se esperaba la evacuación paulatina, cayó una roca enorme que lo taponó y mató la esperanza de alcanzar este objetivo.
Lo que prosiguió, Méndez lo considera una iluminación divina. “Desesperado pedí al Padre Francisco Martínez y a Patricia Talbot que hagamos una misa en La Josefina. Ese mismo día a las cinco de la tarde, el jefe de operaciones me pidió que venga a Cuenca a firmar el oficio de envío a Quito de 300 Law que tenían 5 años de caducidad; fue cuando Dios me iluminó, recordé que el impacto de esta arma genera 2.000 grados de temperatura que funde los tanques sin tener una honda expansiva, y dispuse que me envíe en el helicóptero dos, utilizamos el Law lanzándolo como torpedo y éste trizó la roca, recuerda.
FRASES
– “PARA EL DESFOGUE, DIOS ME ILUMINÓ, RECORDÉ LAS CLASES DEL COLEGIO; UTILICÉ UN LAW LANZÁNDOLO COMO TORPEDO Y ÉSTE TRIZÓ LA ROCA; EL RESTO HIZO LA FUERZA DEL AGUA”.
GENERAL JUAN MÉNDEZ– “DESDE 1992 HABÍAN HECHOS QUE ADVERTÍAN LO DEL CERRO TAMUGA, EL MINISTERIO DE ENERGÍA Y MINAS CLAUSURÓ 7 CANTERAS QUE ESTABAN SOCAVANDO, PERO LA MINERÍA SIGUIÓ”.
EXALCALDE-PAUTE CÉSAR ARAY
La Casa Flotante
Una estructura singular de madera de laurel, pino, ciprés, eucalipto, de tres pisos, permanece intacta luego de 25 años en el sector de El Descanso, a 200 metros de su ubicación original, es la Casa Flotante, que es incluso tema de un documental del cineasta guayaquileño Óscar Illingworth, titulado “La Casa de Walter Vuelve a Flotar”, presentado hace poco en Cuenca.
La casa era empernada, cuando el agua se represó, le sacamos los pernos y le pusimos en el interior 60 tanques vacíos de combustible de 60 galones y con eso flotó, expresa su propietario Walter Suárez, quien pese a que era su casa de campo, tras la tragedia decidió construir una casa de cemento alado y vivir en el lugar, del cual está enamorado porque se trata de un terreno donde puede cultivar frutales, hortalizas y hasta tener ganado, mientras muestra a los visitantes su casa salvada.
Trauma no le impide viajar a Pedro Tigre
Tras 25 años, el ruido ensordecedor que produjo la caída de gran parte del cerro Tamuga, y el drama por la pérdida de sus familiares, permanece en la mente de José Pedro Tigre, de 53 años.
“Fue horrible, salí corriendo a ver a mi mamá y me amanecí ayudando, en casa habían pensado que me he muerto. No he vuelto a viajar en carro, tengo miedo, cuando algunas veces he intentado, mi cuerpo empieza a sudar, grito y lloro porque parece que la montaña se viene encima”, expresa.
La ayuda psicológica no logró que supere el trauma, sólo viaja en su moto o camina. Con su esposa perdió a nueve familiares, de ellos sólo se encontraron los cuerpos incompletos de dos tíos y una prima, pero no pudieron asistir a la sepultura en la fosa común en Paute, porque estaban evacuando.
José Pedro no olvida a su vecino Floro Vázquez, él luego de ser rescatado el 30 de marzo de 1993 cuando flotaba semidesnudo en un tronco, les contó que subió a un árbol con dos de sus hijos, pero el agua los alcanzó y le arrebató a los pequeños.
Los riesgos
Cerca de unos 700.000 metros cúbicos (m³) de material pétreo falta por extraer del cerro El Tamuga, junto a la vía El Descanso-Lumagpamba-Gualaceo, como parte del proceso para estabilizarlo. Esto representa unos cuatro millones de dólares.
Así lo confirmó Xavier Enderica, gobernador de la provincia de Azuay y presidente del Comité de Cogestión de La Josefina, organismo conformado por instituciones estatales para el tratamiento y control de esta zona de riesgo.
Recordó que en agosto de 2017 terminó un convenio que firmaron el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) para esta estabilización. Desde allí esta área está cerrada.
Enderica señaló que desde entonces comenzaron un análisis para determinar como continuar con esta estabilización y como resultado enviaron una propuesta a la Presidencia de la República. Están a la espera de una respuesta.
Refirió que inicialmente el Consejo Provincial del Azuay y el Municipio de Cuenca se mostraron interesados en asumir esta intervención en El Tamuga, pero finalmente desistieron.
“Cuando vieron que no es solamente cuestión de extraer el material sino de hacer una estabilización, entonces allí hubieron algunos temas de que no se pudo llegar a un acuerdo”, dijo.
Propuesta
Según Enderica, los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) cantones y parroquiales de esta zona tampoco están en la capacidad operativa para hacerse cargo de estos trabajos.
El planteamiento de Enderica es que se les permita el Ministerio del Ambiente (MAE), responsable de estos predios, y a la Senagua, que hacer contratos con entes públicos o privados para esta labor.
Y reveló “del material (que puede ser extraído) no es que sirve el 100% dependiendo para las diferentes obras sirve entre el 60 y el 70%… Aquí se tiene que pensar primero en estabilizar y el material es un valor agregado…”, aseguró.
Jorge Torres tiene 60 años y es concejal del cantón Paute. Vivió de cerca el desastre de La Josefina y considera que El Tamuga no debe ser intervenido sino declarado como un área de protegida para un parque ecológico.
“Alrededor de un mes fue una tormenta para todos los que habitábamos en Paute, indudablemente se magnificó y faltó un poco más de criterio técnico para no poner en tanto nerviosismo a la gente y para producir el desfogue…”, contó.
Aridos
Torres es contundente en decir que el retiro de los áridos de El Tamuga no representó mayor beneficio para Paute ni los poblados cercanos como el cantón Méndez, que fueron los más afectados por la catástrofe.
Lo que sí destacó Torres es que la condonación de deudas por parte del Banco Nacional de Fomento (BNF), que llegó a un techo máximo de 25 millones de sucres, ayudó a reactivar la economía de estos sectores.
“Si la naturaleza cobró una factura muy grande a Paute al bajarse el cerro Tamuga, presumo por la mala explotación minera, que parece que dejó sentido a este tramo de la cordillera y llegó un momento que no soportó más…”, enfatizó.
Torres cree que no ha funcionado el Comité de Cogestión de La Josefina por “dónde están los réditos que se podría haber obtenido de una supuesta estabilización… El material debía quedarse en Paute y estos cantones…”, aseveró.
A decir de Paulina Padrón, coordinadora zonal 6 de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), señaló que fueron 150 millones de metros cúbicos de agua que se represaron en este sitio.
De acuerdo con Padrón la SGR tiene un equipo de trabajo técnico que se encarga de vigilar La Josefina para detectar cualquier alteración y dar una respuesta oportuna.
Larriva: “hay que investigar el destino de los áridos”
Pie de foto: La zona de intervención de La Josefina se mantiene cerrada hasta una nueva resolución del Gobierno Nacional.
En agosto de 2012 la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) adjudicó directamente a la empresa Equipos y Transporte S.A, Equitransa, de Guayaquil, la obra de estabilización del cerro Tamuga por 6,7 millones de dólares.
Además la fiscalización se otorgó a la firma Acotecnic por un montó de 430 285. Todo esto se gracias al estado de excepción, declarado para esta zona en 2010 por parte del Gobierno Nacional.
Oswaldo Larriva cuando era asambleísta por la provincia de Azuay investigó la intervención que hizo Equitransa y detectó que no hay un destino claro de al menos 500.000 metros cúbicos (m³) de áridos que se extrajeron de este lugar.
Anunció que este lunes presentará una denuncia ante la Fiscalía de Azuay para pedir que se investigue un supuesto delito de peculado en esta obra. Lo hará como integrante del Comisión Nacional Anticorrupción (CNA) núcleo de Azuay.
Indagar
Para Larriva se debe indagar toda el accionar al respecto por parte de instituciones como Senagua y Comité de Gestión de La Josefina, que son los encargados de la gestión de esta zona, considerada de riesgo.
“Es importante conocer el destino que tuvo el material, algo más de un millón de metros cúbicos que se extrajeron de La Josefina, para saber qué beneficios dejó eso para la provincia…”, insistió Larriva.
Por otra parte el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) tiene pendiente la ampliación de la vía El Descanso-Lumagpamba-Gualaceo, a cuatro carriles, además de la construcción de un nuevo puente en La Josefina.
MAS DETALLES
El Comité de Cogestión de La Josefina está integrado por la Gobernación de la provincia de Azuay, Secretaría Nacional del Agua (Senagua), Ministerio del Ambiente (MAE) y Ministerio de Minería.
Según un informe de la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) el material extraído de La Josefina se utilizó en obras como la reconstrucción de la autopista Cuenca-Azogues-Biblián.
Guillermo Cobo, coronel en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) del Ecuador quien estuvo en el desastre de La Josefina escribió el libro Lo que pasó en La Josefina.
Fuente: Diario El Mercurio