Asamblea censura y destituye a Carlos Ochoa
Con 119 votos, de 120 legisladores presentes, y en una sesión que se extendió por siete horas, anoche la Asamblea Nacional censuró y destituyó a Carlos Ochoa como superintendente de Comunicación e Información, acusado de incumplimiento de sus funciones, de alteración de la Ley de Comunicación, de mal uso de sus atribuciones, y de abuso y violación de los derechos a la libertad de expresión.
Ochoa llegó a la Asamblea minutos antes de que se instale el Pleno y estuvo ahí hasta las 19:30, cuando le tocó intervenir para defenderse de las acusaciones presentadas por los interpelantes de CREO, Fabricio Villamar y Homero Castanier (en representación de Lourdes Cuesta), quienes presentaron las pruebas de cargo contra el exfuncionario.
El exsuperintendente fue acusado de haber ordenado la impresión de 300 mil ejemplares de la Ley de Comunicación con alteración en su normativa, que sirvió de base para sancionar a varios medios de comunicación radiofónicos.
La aplicación discrecional de la Ley de Comunicación hacia los detractores del gobierno de Rafael Correa fue otro de los cuestionamientos que se formularon en el proceso. No se incluyó en el expediente el informe presentado por la Contraloría que determinó responsabilidades administrativas en contra de Ochoa, cuando cumplió funciones como director nacional de noticias en Gamavisión, porque esa acción se cometió antes de su función como superintendente.
La intervención de Ochoa en el pleno duró 13 minutos y fue áspera e inquisidora en contra de los asambleístas, a quienes retó si ellos pueden irse de la Asamblea con la frente en alto como él lo está haciendo. “Escúchenme bien, yo no he traicionado a nadie, he sido fiel a mis principios y mis convicciones: la ética y el derecho. Concluyo las funciones con la frente en alto, mirándolos a la cara, ¿pueden hacer ustedes lo mismo?”, los increpó.
Dijo que en las sociedades contemporáneas la regulación, y no la censura es parte del Estado de control y protección social. Insistió que reguló el poder mediático, “ese que ordena difundir como verdad mentiras, ese que sesga la información o la invisibiliza cuando no les conviene, o que publica falsedades para responder al poder económico o al político de turno”.
Dijo que se va como llegó, con el mismo patrimonio, y a sus censuradores que “son tan pobres, que lo único que tienen es dinero”.
Desafiante, el exsuperintendente manifestó que por ahora los asambleístas vencerán porque tienen la fuerza y cuentan con los votos, pero que no convencerán; porque para convencer necesitan persuadir, y para ello necesitan algo que no tienen: la razón y el derecho.
Durante el debate, que tuvo la intervención de 15 legisladores, los sectores políticos anticiparon su postura de censurar y destituir a Ochoa, y anunciaron que van por una reforma a la Ley de Comunicación. Aunque algunos legisladores plantearon la derogatoria.
Esto último fue rechazado por asambleístas del ala del correato, argumentando que la Ley surgió como un mandato de una consulta popular.
Escúchenme bien, no he traicionado a nadie, he sido fiel a mis principios y mis convicciones: la ética y el derecho. Concluyo las funciones con la frente en alto, mirándolos a la cara.
Carlos Ochoa, exsuperintendente
Fuente: Diario El Universo