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Treinta años de la desaparición de los hermanos Restrepo

Quito –

Los retratos de Carlos Santiago y Pedro Andrés adornan la sala de la casa de los Restrepo Arismendi en el sector de Miravalle, nororiente de Quito. Esas fotos fueron tomadas en el parque La Carolina, en octubre de 1987, cuatro meses antes de su desaparición, ocurrida el 8 de enero de 1988, cuando aparentemente fueron detenidos por conducir sin licencia y desaparecidos sin que hasta el momento se encuentre rastro de ellos. En la mitad de los chicos, está la del rostro de Luz Elena Arismendi, su madre, quien falleció en un accidente de tránsito en 1994. Pedro Restrepo, padre de los menores, que a esa época tenían 17 y 14 años, mira las fotografías con nostalgia. Su tragedia, su búsqueda ya lleva tres décadas en medio de frustración, busca toda la verdad de lo que pasó y hallar los cuerpos de sus hijos.

¿Cuál es el sentimiento 30 años después de la desaparición de sus hijos?

En cierto modo hay un sentimiento de frustración porque lo fundamental, que los cuerpos de los niños todavía no son entregados ni encontrados y la verdad total y absoluta del caso todavía sigue como un secreto en la Policía y otros actores en este crimen siguen impunes. Para nosotros como familia, y yo como padre, la vigencia de la tragedia, de la falta de mis hijos, la destrucción de la familia está presente a toda hora. Prácticamente es como que hubiera sido ayer aquel 8 de enero.

No, en qué sentido puede hablar usted de resignación, soy realista, pasó esto, los niños ya no volverán, mi hogar, mis perspectivas, todo lo que se genera en expectativa de una familia y de unos hijos que fueron frustrados, eso es algo que no puede volver atrás. Se ha luchado, se ha investigado, se ha conseguido descubrir la verdad de los responsables en la Policía, parte de esa verdad, ha habido juicios, ha habido sentencia, el caso está vigente, los niños están vigentes, es una realidad, en ese sentido no se puede hablar de resignación, puesto que nosotros seguimos demandando al Estado para que todo se aclare.

¿En el 2011 se creó una comisión para dar seguimiento a las investigaciones, entregó algún informe o sigue investigando?

No aportó nada.

En ese mismo año su hija María Fernanda presentó el documental Mi corazón en Yambo, ¿de qué manera ayudó a mantener el caso?

Ha creado mucha conciencia y ha mantenido indudablemente vigente el caso. Ha sido, parafraseando una frase muy famosa, la lucha continúa, pero por otros medios.

¿El testimonio del exagente Hugo España contribuyó?

Si España no hubiera aparecido hubiera quedado como que la Policía de pronto hizo algo, pero que no se pudo comprobar.

¿Han tenido contacto con España en estos años?

No. (Tuvieron que) sacarlo del país porque lo iban a matar y él ya no quiso volver a hablar.

¿La búsqueda en la laguna de Yambo, la exhumación de la fosa común en el cementerio de El Batán, dieron algún resultado?

En el segundo rastreo que se hizo en Yambo no se encontró absolutamente nada. En cuanto a la exhumación de cadáveres, eso no aportó nada.

Sigue habiendo llamadas y gente que dice saber qué pasó y dónde están, pero son informaciones muy ambiguas, son faltas de credibilidad, entonces no hay que darle seguimiento”.
Pedro Restrepo, Padre

¿En estos últimos años hubo algún elemento nuevo?

No, absolutamente nada. Sigue habiendo llamadas y gente que dice saber qué pasó y dónde están, pero son informaciones muy ambiguas, son faltas de credibilidad, entonces no hay que darle seguimiento.

¿Las habitaciones de sus hijos siguen tal cual quedaron?

La de Carlos Santiago está su cama y la de Pedro Andrés también está ahí, pero está como el archivo de todo lo que ha pasado.

¿Al gobierno de Lenín Moreno le ha solicitado algo?

No hay que solicitarles, es una responsabilidad del Estado, independiente del que esté de presidente, de aclarar este caso, pero seguramente le hemos de enviar alguna carta como se la hemos enviado todos.

¿Usted envió una carta al papa Francisco sobre sus hijos?

Sí, pero nunca hubo contestación. Se le envió con la película. Se le pedía que pidiera a la Policía que devolviera esos cuerpos. Ni siquiera acusó recibo.

¿Qué recuerda de sus hijos?

Yo tenía una relación muy completa con ellos porque todos los días los llevaba al colegio, los recogía, entonces conversábamos de todo. Muy alegres, dedicados a sus estudios, muy aficionados a los scouts, a la vida juvenil, sana y buena. Carlos Santiago era un muchacho más serio, Pedro Andrés era más jocoso, más jovial. Ellos eran muy hermanados, siempre estaban juntos, a veces peleaban, nunca nos pusieron ningún problema.

 

 

Fuente: Diario El Universo