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A la Tricolor no le bastó con jugar bien

Derrota con premio consuelo. Ecuador tampoco pudo con Uruguay en el estadio Centenario, pero al menos le marcó el primer tanto en ese estadio en las eliminatorias sudamericanas del Mundial ‘Rusia 2018’.

Al golero Fernando Muslera el invicto le duró 494 minutos; su verdugo: Felipe Caicedo, quien anotó su sexto tanto en el certamen.

Corrían 44 minutos, Renato Ibarra atravesó la media cancha con la pelota dominada y cedió un pase medido a ‘Felipao’, quien disparó de zurda e hizo inútil el esfuerzo de Muslera. Los espectadores ‘charrúas’ enmudecieron; la banca ‘tricolor’ y, a la distancia, los fanáticos ecuatorianos celebraron la transitoria igualdad.

Dos minutos después, la alegría del combinado ‘patrio’ se apagó. Los errores se pagan caro: traicionados por la emoción, los ‘equinocciales’ perdieron las marcas.

Gastón Silva despidió un bazucazo que le quemó las manos al meta Esteban Dreer, el balón le llegó a Carlos Sánchez quien, sin marca, enfiló al arco para encontrar en última instancia a Diego Rolán, que la empujó hacia el fondo. Gol ‘celeste’.

Faltaba jugarse el segundo tiempo, pero el marcador quedaba sentenciado. El dueño de casa, que se adelantó a los 12 minutos por intermedio de Sebastián Coates, ponía cifras definitivas. El 2-1 le daba a Uruguay su sexta victoria en Montevideo y le permitía subir su puntaje a 23, manteniendo el segundo lugar del torneo.

Pero la suerte, en el mismísimo primer tiempo, pudo ser distinta si a los 25 minutos Miler Bolaños no se hubiera demorado en enviar el balón al pórtico local. Si no cambiaba de perfil, si apretaba el gatillo un segundo antes, posiblemente, la ‘Tri’ habría nivelado.

Sin llegadas claras, apostando más a un fútbol físico, por prepotencia, el cuadro ‘rioplatense’ sacaba un resultado conveniente. Ecuador, basado en la rapidez de sus hombres, presionando en tres cuartos de cancha, pasando de la defensa al ataque en veloces transiciones, lucía un juego más vistoso, no carente de ideas, pero sí de claridad.

El director técnico Gustavo Quinteros encontró en Renato Ibarra al mejor intérprete de su propuesta. El imbabureño se desplegó en todos los frentes; por derecha o por izquierda. Su dominio de balón en velocidad, sus diagonales, encendieron constantemente las alarmas en territorio celeste.

Felices por el triunfo parcial, mas no por el espectáculo que exhibía su representativo, los aficionados locales aportaban su aliento. Incondicionales empujaban a su oncena a obtener los 3 puntos. El fondo siempre será más importante que la forma.

Uruguay saltó al segundo capítulo sin la menor intención de cambiar su estilo. Los 4 del medio campo: Carlos Sánchez, Egidio Arévalo Ríos, Matías Vecino y Diego Rolán. Y los 4 zagueros: Maximiliano Pereira, Sebastián Coates, Diego Godín y Gastón Silva hallaron en la obstrucción la mejor herramienta para frenar a Ibarra, Fidel Martínez y Miler Bolaños, quienes buscaban acomodar balones para Felipe Caicedo.

A los 57 minutos, un lanzamiento de Cristian Noboa a media altura fue detenido con dificultad por Muslera. La tensión se regaba con el viento por el Centenario.

Pero Uruguay se daba modos de responder. Refugiado en el contragolpe y en las individualidades, a los 61 minutos Luis Suárez quedó en posición de fusilar. Su bombazo estalló sobre la terraza de la valla defendida por Dreer.

Los de la mitad del mundo hilaron un nuevo ataque al minuto 64, Miler Bolaños cuadró la mira y elevó la esférica; Muslera sudó frío, pero la munición superó el travesaño.

Poco antes, ambos timoneles refrescaron líneas. El ‘maestro’ Óscar Washington Tabárez sacó a Rolán y envió al pasto a Gastón Ramírez; Quinteros prescindió de Martínez para dar paso a Marcos Caicedo. Ambos estrategas deseaban mayor peso ofensivo.

Ecuador controlaba mejor el globo; Uruguay, impotente de mandar a su rival contra las cuerdas, prefirió conservar su mínima ventaja, dejando en punta únicamente al ‘mordelón’ Suárez.

La apertura por las bandas se reforzó con Juan Carlos Paredes y Walter Ayoví; bombardear ampliaba en los anfitriones su margen de error. Para martillar más, a los 72 minutos, Quinteros sustituyó a Miler Bolaños por Juan Cazares y, al minuto 82, a Orejuela por Jaime Ayoví. La esperanza de emparejar se resiste a morir.

Arrinconados, los ‘charrúas’ recurren a todo para detener a sus impetuosos contrincantes. A falta de 2 minutos para el final, Tabárez gana varios segundos con el ingreso de Mathias Corujo por Carlos Sánchez. A los 89, un balonazo de Cazares asustó a los locales, ninguno alcanzó a interferir… Para su suerte, el balón no ingresó. Tras escuchar el pitazo final del árbitro peruano Víctor Carrillo, de aceptable actuación, los uruguayos canjearon el sudor frío del estrés por exhalaciones de calma. Cada vez se acercan más al propósito de inscribir su nombre en la competencia rusa.

Dreer reaccionó bien

Al analizar si el segundo tanto uruguayo es responsabilidad del ‘Rifle’ Dreer, el preparador de arqueros Carlos Enríquez respondió que no. “Esteban hizo lo que ordena el manual de los arqueros, rechazó a un costado. No pudo embolsar la pelota porque el disparo llevó fuerza y efecto. Le faltó cobertura, el balón cae en los pies de Carlos Sánchez, sin que ningún ecuatoriano vaya a marcarlo. A un plantel tan contundente como Uruguay no puedes darle un chance como ese”, citó.

Cerrada la fecha 11 del certamen, Ecuador se concentra en la duodécima jornada, en la que este martes se medirá a Venezuela en el estadio Atahualpa de Quito, desde las 16:00. La victoria le permitiría pasar de 17 a 20 unidades, aumentando sus bonos de cara a calificar por cuarta vez a un evento planetario absoluto.

Pese a la derrota, el equipo de Quinteros permanece en zona de clasificación. Acaba de demostrar que, pese a ausencias importantes, siempre dará pelea. El combinado ‘charrúa’, en tanto, viajará a Santiago para confrontar a Chile, que ahora está en sitio de repechaje. (I).

Fuente: El Telégrafo.