Cuenca: Joven fallece tras sufrir agresión con desarmador

Según los registros del ECU-911, una llamada telefónica registrada a las 03:05 del 3 de noviembre alertó que en la calle César Dávila y Alfonso Moreno Mora, un joven yacía en el piso sangrando por la cabeza.

Para atender al herido fue enviado un equipo de paramédicos del IESS y de la Policía para que investigue las circunstancias de la agresión. El herido fue trasladado de urgencia al hospital del IESS, donde ayer murió.
Al mediodía el cadáver fue trasladado al Centro Forense para la necropsia de ley, que se cumplió en medio del dolor de un numeroso grupo de familiares, quienes con pancartas y a viva voz pedían justicia.

Agresión
Mario Arias, relató que su hermano fue atacado por un grupo de individuos cuando se encontraba a dos cuadras de la casa. Comentó que los sujetos le habían incrustado un desarmador en la cabeza, lo que ocasionó que permanezca en coma hasta que falleció.
Los familiares dijeron que desconocen cuál fue el motivo de la brutal agresión, porque su allegado no tenía problemas con nadie, además desde hace siete años vivía en Guayaquil y en esta ocasión vino a Cuenca con motivo del feriado.
La Policía logró capturar al presunto autor material de la agresión física, pero los familiares piden que sean investigados los sujetos que acompañaban al agresor, porque consideran que actuaron en pandilla, por lo que serían corresponsables del fallecimiento de su ser querido.

Recuerdos
Los allegados le recordaron como una persona respetuosa, que desde niño estuvo vinculado a actividades deportivas, sociales y religiosas, entre ellas mencionaron que cuando tenía 12 años fue seleccionado de judo para representar al Azuay en una competencia en Estados Unidos. También dijeron que fue monaguillo en la parroquia Don Bosco y durante su vida estudiantil en la Universidad de Guayaquil fue coordinador de investigación.
Para pedir justicia anunciaron que a las 10:00 de hoy se congregarán frente a la Gobernación del Azuay e invitaron a las familias que han perdido a seres queridos en circunstancias similares, para que se sumen al pedido de vivir en paz.