El sueldo de Messi, una bomba a punto de explotar
Mucho se ha escrito en cuanto a la presencia de dos gallos en un mismo gallinero. Sin embargo, Lionel Messi y Neymar Da Silva han demostrado, durante los dos años y medio que llevan jugando juntos, que los tópicos a menudo no se ajustan a la realidad. Ambos han llevado con total naturalidad los roles de primera y segunda espada del equipo, respectivamente, y cabe pensar que así seguirá siendo a menos que estalle una campaña, interesada o no, que enemiste a ambos a partir del argumento que más preocupa a cualquier profesional: el bolsillo.
Según el diario Ara, el rosarino pasará a cobrar casi el doble de lo que percibe actualmente, cuando ejerce como el jugador mejor pagado del planeta a razón de 22,8 millones de euros netos por temporada, de acuerdo con la información del rotativo catalán. A partir del próximo verano pasaría a cobrar del Barcelona 39,4 millones netos, una cifra jamás alcanzada por un futbolista.
Y claro, semejante sueldo, que supondría el veinte por ciento del presupuesto total del club, hablando en términos brutos, coartaría la capacidad de movimiento del club azulgrana para ofrecer salarios dignos de un aspirante a la Champions League, no sólo a las nuevas incorporaciones, también a Neymar, que aguarda, por ahora con paciencia, mientras las negociaciones por su renovación se alargan.
El brasileño percibe en estos momentos poco más de la mitad de lo que gana Messi. Si el Barcelona acepta los veinte millones netos anuales que pide, seguirá ganando la mitad que el argentino, pero casi el doble de lo que percibe en estos momentos. El Barcelona sabe que está atado de pies y manos en su huida hacia adelante mientras lucha por asegurar nuevos ingresos, aunque sin éxito todavía, tal y como el portavoz Josep Vives reconoció el pasado lunes.
Hay que recordar que Messi firmó esta renovación al alza en 2014, cuando el entonces vicepresidente económico Javier Faus cometió el desaire de referirse a él como “ese señor” y de afrontar una renovación previamente prometida sin ganas de llevarla a cabo. El argentino pidió la luna y obviamente se la dieron. Cabe plantearse si esta filtración, el tiempo dirá si interesada o no, acabará interpretándola Neymar como su desaire particular y entorpeciendo aun más una negociación que avanza a ritmo de tortuga y que tiene en vilo a todo el continente.
Fuente: Goal.com