Aumentan denuncias de bullying.
Los estudiantes de colegio y de sexo masculino son los más propensos a ser víctimas de acoso escolar o bullying en Cuenca, según la Unidad Distrital de Apoyo a la Inclusión, UDAI, de la coordinación zonal de Educación. Las cifras de denuncias entre el periodo lectivo 2013-2014 y 2014-2015 incrementó de cinco a 15 ciento.
Por esta razón el regreso a clases para algunos estudiantes se convierte en una tortura debido a que son víctimas de acoso escolar, problema que busca eliminarse con programas de prevención.
Acosador y acosado
Mónica Nieto, psicóloga clínica de Unidad Educativa Kennedy, indicó que el acosador es la persona que quiere el poder, sobresalir ante el grupo y es poco empática, le gusta manipular. También son personas que tienen problemas familiares que observan violencia en su hogar y desquita su frustración con el más débil.
Indicó que el acosado es sumiso, callado, aislado y sobreprotegido en su hogar lo cual le quita herramientas para defenderse; tienen autoestima baja.
Explicó que una vez detectada la situación se debe trabajar en primer lugar con los padres de familia para que mejoren la situación de los involucrados.
Además se debe trabajar con el acosador, “porque es acosado en su casa y eso proyecta en el colegio”, y con el acosado para mejorar su autoestima, su postura corporal y que se integre a un grupo porque los acosadores agreden a los solitarios.
Alerta
Nieto explicó que dentro del bullying directo existen tres tipos: el físico, verbal y psicológico. Las señales de alerta de que un estudiante es víctima son el bajo rendimiento escolar, ya no desea ir a su institución educativa y el aislamiento.
El indirecto es cuando la agresión se hace a espaldas de la persona afectada, por ejemplo, se hace correr un rumor; y el ciberbullying que es por Internet.
Denuncias
Braulio Jiménez, coordinador de la UDAI, manifestó que los casos de acoso escolar se pueden denunciar.
Manifestó que las denuncias ingresan por atención ciudadana o en otros casos son las instituciones educativas las que mediante llamada telefónica avisan al Departamento de apoyo con lo que se encargan de verificar la situación.
Luego evalúan a los estudiantes para conocer cómo está su relación a nivel familiar y de acuerdo a aquello se toman medidas de cómo los profesores deben actuar.
Jiménez dijo que las instituciones educativas tienen códigos de convivencia en los que se establece acuerdos de comportamiento, y son los docentes quienes deben velar porque se cumplan para mejorar la situación de los involucrados.
Antes de efectuar las denuncias en la UDAI, se debe comunicar de la situación al docente quien remitirá al Departamento de consejería y si no se logran resultados lo conocerá el director de la institución educativa. Si el caso es bastante grave se acudirá a la UDAI.
“Nosotros trabajamos en la inclusión educativa, no tratamos de justificar al estudiante, sino buscamos el por qué de su comportamiento y encontramos un ambiente familiar inadecuado o que pueden necesitar medicamento, por lo que se hace acuerdos con los padres de familia sobre el problema conductual”, agregó Jiménez.
Prevención
En la Unidad Educativa Kennedy trabajan con programas de prevención respecto al bullying y es en la familia donde se inculcan los valores, respeto, solidaridad y compañerismo, indicó la psicóloga de la institución.
“Ahora estamos impartiendo talleres de prevención de acoso escolar. No hemos visto casos porque recién inicia el período escolar, lo que se ve es dificultades de adaptación porque vienen de otros colegios y vienen con esa dificultad. Contamos con una red de apoyo que incluye a profesores, padres de familia, tutores, inspector, consejería estudiantil y departamento médico para estar atentos a cualquier situación”, dijo Nieto.