En Galápagos está prohibido por ley llevarse recuerdos de arena, rocas, conchas…
En Galápagos muchos recuerdos quedan incautados en una bodega. Son cantidades grandes de arena, rocas y caracolas que cándidos turistas intentaron llevarse como regalo, sin conocer la ley ambiental que protege al archipiélago que inspiró la teoría evolucionista de Charles Darwin.
Parece chiste, pero muchos de los 200 000 visitantes que al año llegan a las islas ecuatorianas son sorprendidos en los aeropuertos de Baltra o San Cristóbal por agentes ambientales que les piden abrir sus maletas para incautar, como si fuera contrabando, arena, caracolas, conchas o rocas volcánicas de diferentes tamaños.
Una vez es detectado con la ayuda del escáner, el material es trasladado a una bodega del Parque Nacional Galápagos (PNG) en la isla Santa Cruz.
Al cabo de un proceso con visos kafkianos, que puede tardar meses y derivar en multas que difícilmente pueden ser cobradas, porque para entonces los infractores estarán lejos de Galápagos, los fallidos souvenirs son regresados a los lugares de origen tras el estudio de expertos. “Los turistas se sorprenden y nos dicen que esto es permitido en todos lados, menos aquí”, reconoce Danny Rueda, director de Ecosistemas del PNG, en una entrevista con la AFP .
¿Pero por qué llevarse una piedra o arena en un recipiente pequeño puede afectar a Galápagos?
Declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad, Galápagos es una de las zonas más frágiles frente al cambio climático y muchas de sus especies solo podrían sobrevivir en las condiciones que ofrecen las islas, como el caso de las tortugas marinas que anidan en la arena que quieren extraer en cantidades menores los turistas.
“Tenemos unos 200 000 turistas al año. Si cada uno quisiera llevarse un recuerdo, se generaría la extracción de kilos de arena, de conchas que están en la playa. Y si además esto fuera permitido a la gente local, ya no sería apenas para (conservar) recuerdos, sino para comercializar como artesanías”, explica el funcionario.
Rueda no exagera. El 12 de julio, una ecuatoriana fue sorprendida con 23,3 libras de arena que intentaba llevarse de Galápagos.
Funcionarios del PNG y la policía ambiental realizan casi una incautación diaria de rocas, caracolas, conchas, corales o de arena. El año pasado hubo 304 decomisos de material inorgánico y en 2013 fueron 377, según las autoridades. En su mayoría los infractores son turistas ecuatorianos.
Desde 1998 está vigente la ley que sanciona la extracción de material geológico o biológico de Galápagos, y en este último caso la sanción puede incluir cárcel. Antes de esta normativa, algunos pobladores de Galápagos -que en la actualidad llegan a 27 000- construyeron sus casas con la arena de playa que sirve para el sustento de especies, según Rueda. Además de constituir hoy una grave falta ambiental, esas viviendas se están cayendo, agrega.
Fuente: El Comercio